Béisbol

La vida y obra de Alfonso «Cura» Trillo

Este domingo por la noche trascendió la triste noticia. Había fallecido a la edad de 82 años uno de los principales iconos del beisbol en la región, Alfonso Trillo Armendáriz, conocido por todos como «Cura» Trillo.

Plasmar su vida, su obra y su destacada trayectoria deportiva, fue un trabajo que realizó el escritor Carlos Gallegos Pérez en su libro «Delicias, Vida Deportiva»:

Sus padres fueron Enrique Trillo Rivera y Socorro Armendáriz, quienes lo trajeron al mundo un 5 de marzo de 1936 en el Rancho la Estrella, cerca de la Colonia Hidalgo. Apenas caminaba cuando comenzó a jugar beisbol en su ranchería natal y luego en los lotes baldíos de Delicias, soñando con emular las hazañas del Pajarito Candia, Martín Jaime, Taco Martinez, Kiko Guevara, Valente Cruz, Luis Villarreal y otras estrellas que habían vestido el uniforme de la Comisión Nacional de Irrigación.

Fue inscrito en la escuela primaria federal General Lázaro Cárdenas numero 305, distribuyendo las horas clase con la practica del beisbol en cualquier llano al que lo invitaran: en la Alameda Delicias, espacio donde hoy están el Hospital Regional y el IMSS, asi como por el rumbo de la estación del ferrocarril y cuando le daban chance, en el Viejo Orta, lo que ya era un lujo.

Deportista nato, tambien le hacia al futbol y al basquetbol, distribuyendo su tiempo entre el parque Viejo Orta, que sin actividad beisbolera invernal, le abría la puerta al balompié y la cancha en la Secundaria 39, donde canasteaba. En ambos pasatiempos se desempeñaba como defensa, pues a la vez ganaba en estatura lo hacía en corpulencia y musculatura. Alternativamente aprendió el jale de carrocero para contribuir a la manutención familiar.

A los 18 años de edad, decidido en definitiva por el beisbol fue incorporado a Algodoneros que, dirigido por Esteban Peñaloza y Rogelio Valles, participaba en la primera fuerza municipal. Sus facultades naturales, las enseñanzas recibidas y las ganas que le ponía, le permitieron ser nombrado el Novato del Año. Después jugaría bajo las ordenes de Cruz Arrieta, Miguel Triana, Polo Rafael, Raul Aguirre, Candelario Estrada y Gilberto Morales.

El 28 de Febrero de 1965, luego de un apasionado romance, se casó en Estación Conchos con Graciela Zubía Vázquez, quien le daría seis hijos: Graciela, Alfonso, Alfredo, Verónica, José Luis y Abel.

Su retiro fue prematuro pero bien pensado. A los 32 años de edad en plena madurez, en plenas facultades, aun con fuerza para continuar jugando en primera linea durante varias temporadas más, decidió cristalizar un proyecto que hacía tiempo lo inquietaba.

Quería ser entrenador, deseo que se le cumplió ampliamente dirigiendo a varios equipos, entre ellos Manzaneros de Cuauhtemoc y después, de vuelta en el regional de la Tercera Zona, a Julimes.

Un dia volteó hacia abajo y acordándose de sus primeros spikes y sus trotes de niño, decidió dedicarse de lleno a transmitir a nuevas generaciones lo que había aprendido en el rancho en los lotes baldíos, en tantos campos beisboleros que pisó durante su solida trayectoria. Fue colaborador de su compadre Ramiro Celis en el inicio y desarrollo de la Escuela Infantil de Beisbol que leva el nombre del legendario Gerente de la Segunda Base.

En 1992, durante la administración municipal de Rogelio Bejarano, un grupo de padres de familia lo invitó a que tomara a sus hijos bajo su tutela y los iniciara en el mágico deporte de sus pasiones. Puestos de acuerdo, fueron a visitar al Alcalde solicitándole un terreno para iniciar sus proyectos. Bejarano les dijo que no anduvieran batallando, en el sector sur de la población, en la colonia Benito Juarez, había un parque abandonado, que lo limpiaran y acondicionaran y que era de ellos, no se los dijo dos veces y pronto se pusieron manos a la obra.

Aprovechando su amistad con el softbolero de la capital del estado, el empresario maderero José Luis García Mayagoitía le solicitó su aportación al proyecto, misma que se materializó en equipo de entrenamiento, cubriendo además otras necesidades básicas para arrancar el plan. Una vez en marcha y con decenas de chiquillos alegrando un campo hasta entonces solitario y callado, los papás de sus alumnos lo convencieron de que el lugar se llamara Escuelita de Beisbol Alfonso Cura Trillo, algo que a duras penas lograron debido a su modestia.

Ahi se pasaría cerca de 20 años descubriendo y forjando talentos, algunos de los cuales aun andan por ahi aplicando sus enseñanzas, convertidos en señores peloteros.

En 2011, aquejado por algunas enfermedades, dejó en otras manos el manejo del parque, acudiendo esporádicamente durante las tardes a entretenerse llevando el score.

Se ha ido un grande, una excelente persona en todos los sentidos, alguien que sin duda dejo una huella imborrable en el corazón de los delicienses y del deporte rey en la región centro sur del estado. Se ha ido Alfonso «Cura» Trillo.

Descanse en paz.

Click to comment

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Las más populares

To Top